viernes, 11 de octubre de 2013

El pastel de la vida.

Llevaba días sin poder inspirarme, sin encontrar algo que valiera la pena escribir en el blog, pero finalmente la inspiración llegó. Viajé al DF para estar con mi hermano que cumple años, estando con el decidí hacerle un pastel (que no es por nada pero me quedan muy bien), mientras lo iba preparando antes de meterlo al horno, se vinieron muchas cosas a mi mente.

Empecé a pensar en como cambiar un simple ingrediente desde el principio cambia todo el sabor del pastel, por ejemplo yo lo hago con leche (por decir algo) y hay gente que lo hace con agua como dice la cajita para hacerlos, ese pequeño cambio, tiene grandes repercusiones al final, cambia el sabor de una manera drástica (o al menos así lo siento yo). Seguí pensando mientras cocinaba y relacioné esto con la vida diaria. Si una persona hace un cambio en su vida este puede tener enormes repercusiones en el futuro las cuales pueden ser buenas o malas el tiempo lo determinará.

Llegó el momento de colocar el pastel en el horno y esperar a que esté listo. Algo muy interesante es como el pastel debe de prepararse el tiempo exacto para que quede bien, no más pero tampoco menos. Y como seguía sin nada que hacer, de nuevo me quedé pensado en como esto igual pasa en nuestras vidas, como yo soy muy creyente en el destino esto lo podría poner en ejemplo como que estás con las personas el tiempo exacto que debes estar con ellas, estudias el tiempo necesario, duermes el tiempo que debes dormir, y así me puedo seguir, todo en nuestra vida está calculado al modo en que este debe ser, y nosotros a veces ni nos damos cuenta.

Después de exactamente 26 minutos, ¡el pastel estaba listo!, lo único que faltaba era decorarlo (que es mi parte favorita), me gusta jugar con los colores y sabores, hasta que por fin el pastel quedó y era el momento de comerlo. Mientras disfrutaba un pedazo de pastel, ¡¡mi mente no paraba de pensar acerca de la vida!!, y es por eso que mientras disfrutaba mi pedazo, lo compare en como yo disfrutaba esa mordida que daba debo disfrutar cada momento de mi vida hasta que ese pedazo de pastel llamado vida se termine.

Otra forma igual de compararnos con un pastel puede ser que ninguno sabe exactamente igual aunque los dos sean de vainilla, o de chocolate, etc. Del mismo modo a todos nos gusta de diferente sabor y los decoramos de diferente modo. Somos como un pastel que compartimos con el mundo.





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Aquí la foto del inspirador pastel.

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